lunes, 1 de diciembre de 2008

segundo capitulo...

Comencé a vestir de negro y me deje absorber por mi mundo de oscuridad, pésimo, de sombras… Me aleje de todos mis amigos y comencé a andar sola de nuevo. Algunos meses, antes de que se acabara el año escolar, aquella chica por la que sentí pena alguna vez, comenzó a acercarse a mi, trataba de ser mi amiga, pero yo colocaba mi barrera de no quiero amigos para no dejarla entrar, pero siempre se quedaba allí, siempre estaba a mi lado. Algunas veces me fastidiaba su presencia estaba allí sin hablarme y sin hacer mas simplemente allí a mi lado, no lo comprendía, quería decirle que se fuera lejos de mi, pero algo me lo impedía y nunca lo hice. Hasta que un día en clase de matemáticas me hablo y me pidió que le acompañara después de clases al parque cerca del colegio para hacer una diligencia. Como comúnmente hacia no le respondí nada y seguí prestando atención a la clase. Al finalizar el horario escolar salí de la escuela y me dirigía hacia mi casa, cuando de repente ella apareció frente a mí y dijo “vamos”. Yo le seguí para no despreciarla, igual no tenia nada que hacer en mi casa. Cuando por fin llegamos al parque me pidió que fuéramos a los columpios, caminamos hasta ellos y nos sentamos. Ella me dijo “necesitas hablar, no te guardes las cosas para ti misma. Para eso fue que vinimos hasta acá. Hablemos”. Todo fue silencio, hasta que algunas lágrimas comenzaran a salir de mis ojos. Ella se levanto del columpio se acerco a mi y me abrazo, no dijimos nada ninguna de las dos pero eso basto para desahogarme y ver la gran persona que era ella. Pocos días después llego mi cumpleaños, ella fue la única que llego, me acompaño y duro hasta tarde en mi hogar, me trajo un detalle, una gargantilla, la cual aun conservo. Vimos televisión y salimos por allí a caminar hablando de lo viejas que estábamos. A partir de ese día comencé a abrirme mas a ella, no podía tratar mal a alguien que siempre estuvo allí cuando lo necesite y estuve sola. Ella llegaba a mi casa o yo iba a la suya, salíamos por allí a caminar o lo que fuese, pero la pasábamos bien juntas. Ella era un año mayor que yo, la bajaron de grado, el por que aun no lo sabia. Solo vivía con su abuelo, un señor muy tierno, pero por mas que quisiese no estaba mucho en casa pues debía trabajar por su nieta. Él me la encomendaba mucho siempre que salíamos, pues es su preciosura, me decía, y siempre mostraba una sonrisa ante eso y solo sentía el pellizco que me hacia en el brazo y vaya que dolía! Gracias a ella no estaba sola, pero solo confiaba en ella, en nadie más. Nunca íbamos a fiestas, pensábamos que era algo ridículo, algo simplemente superficial y eso no nos agradaba. Teníamos muchas cosas en común nos gustaba la poesía, el arte barroco, la buena literatura, el arte gótico, entre muchísimas cosas mas. Pasábamos mucho tiempo juntas, éramos como hermanas.


Por mucho tiempo duramos siendo buenas amigas, pero al parecer algo comenzó a suceder, no sabia que era pero sabia que algo ocurría, ella comenzó a alejarse de mi, no lo comprendía, como siendo mi amiga durante mucho tiempo se estaba alejando, que había hecho, que había dicho, esas preguntas me las comencé a hacer diariamente, hasta que decidí hablar con ella para saber que era lo que ocurría. Le llame y le dije que iba para su casa, inmediatamente me dirigí hacia allá, subí a su recamara y le salude, actuaba normal, hicimos lo que siempre hacíamos cuando estábamos a su casa me enseñaba a tocar guitarra o componer poesía. Ese día compusimos poesía. Luego comenzamos a ver televisión hasta que llego un punto en el que lo apague y le dije que necesitaba hablar con ella, que necesitaba saber por que se estaba alejando, por que ya no era como antes, que había hecho yo. Ella solo se quedaba en silencio sin decir palabra alguna. Hubo un silencio profundo solo la miraba a ella esperando a que me respondiese y así duramos durante horas hasta que anocheció, y le advertí que no pensaba irme hasta que me dijera que era lo que sucedía. Hasta que por fin dejo de mirar aquel peluche que le había regalado y me miro, trataba de decirme algo pero no le salían las palabras. Hasta que salieron aquellas palabras que me dejaron atónita “me gustas”, dijo. No supe que decir, y comenzó a decir que desde ya hacia rato se sentía atraída por mi, pero que no podía ser posible, quería alejarse de mi para ver si era algo pasajero, o no sabia, pero a veces quería que todo fuese un sueño por que jamás pensó en poderse enamorar de alguna mujer, era algo extraño, algo nuevo… pero que otras veces quería estar conmigo, se daba cuenta de que en realidad quería tener una relación, quería aclarar que era lo que sucedía. Hasta que pregunto “que piensas?”, no sabia que decir aun estaba sorprendida por lo que había ocurrido, un ambiente pesado se sentía y dijo “ no te dejare ir hasta que me digas que piensas”, estaba nerviosa no sabia que decir, que pensar, nada no se me ocurría nada!!, debía pensar muy bien lo que le diría, pero hay fue cuando comencé a pensar si podía tener esos mismos sentimientos, alguna vez pensé que era linda y puedo decir que me sentí atraída, pero una relación, una relación ya es diferente. Le dije exactamente lo pensé y pues solo suspiro y pregunto “¿que haremos?”, vaya pregunta, le respondí que no sabia, aun mis sentimientos no estaban claros, pero no quería perder a mi única amiga. En ese momento decidí irme a casa, vi en su rostro un poco de tristeza al marcharme. Mientras caminaba me rondaba la pregunta aun no le daba solución, llegue a casa y seguí pensando, le dije a mi padre que no comería, subí a mi recamara y me tire en la cama a seguir pensando, hasta que por fin me quede dormida.